Alma vive en un lugar conocido por cada uno de nosotros. Alma nos susurra canciones de cuna para calmar nuestras noches oscuras, y nos despierta con el canto del nacimiento de un nuevo día lleno de alegrías y de ilusiones. Todos conocemos a Alma... sólo que......hemos dejado de escucharla.

Coloca una mano sobre tu vientre y reposa la otra sobre tu corazón. Si silencias durante unos instantes la perturbadora voz que nace de tu cabeza controladora y racional, permitirás que la voz de tu Alma se exprese y hable. “¿Qué me dirá? “Te preguntarás. No tengas miedo. Te hablará de cosas bellas. Sobre el amor, sobre la belleza. Te leerá textos enriquecidos de dulces palabras, y te dirá sin miedo todo aquello que un día no quisiste escuchar pero que siempre deseaste realizar. No te confundas. El Alma no es un ser diferente a ti, ni está separado de ti. El Alma eres tú.

Así es como empecé a permitir y a sentir mi Alma, y así es como empecé a escribir cuentos. Lo que escribo nace de mi corazón y va directo al corazón. Sólo hay que abrirse para recibir la sencillez de sus palabras, y sólo hay que ser, para que el día en que creas que nada tiene sentido, la voz de estos relatos, den aliento a tu desesperanza y alegría a tu nostalgia.

Soy y seré un canal para que historias como estas broten de mi alma, y para que mis pequeñas manos, de dedos cortos y achatados, sean el instrumento idóneo para imprimir en una hoja en blanco lo que día a día la vida me va cantando.

Con mucho amor.....

el Alma del ser que se hace llamar Mireia

lunes, 8 de octubre de 2012

- No voy a llorar- me dije a mi misma una, dos y hasta tres veces. Pero las palabras no hicieron efecto.
Respiré y las lágrimas una tras otras se deslizaron sobre mi rostro. Me tapé los ojos con las manos. Estaba cansada de sentirme siempre así. Tocando las mismas notas de la misma canción. Siendo bruma.
Noté como una gota  que resbalaba sobre mi mejilla detuvo su recorrido. Subió por mi nariz y se instaló en mi frente. Asustada rece como una niña cuando la obligan a ir por primera vez a misa.
La gota se fundió como hielo. Al cabo de un segundo un cosquilleo recorría mi cara y todo mi cuerpo.
Al mirarme en el espejo...la sorpresa fue grata. Una mariposa azulada acababa de nacer sobre mi frente. 
- Soy mariposa- me dije. - Y por ser mariposa tengo el don de la transformación. Así que aceptaré mi vida tal y como es. Con su tempo, su ritmo, su melodía, y con la confianza que tras esa bruma blanquecina vive un ser lleno de luz y de magia.




1 comentario:

  1. Hola Sandra, gracias por tu comentario. Me alegra saber que te gusta el blog. Te envío un email.

    Hasta pronto!

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