Alma vive en un lugar conocido por cada uno de nosotros. Alma nos susurra canciones de cuna para calmar nuestras noches oscuras, y nos despierta con el canto del nacimiento de un nuevo día lleno de alegrías y de ilusiones. Todos conocemos a Alma... sólo que......hemos dejado de escucharla.

Coloca una mano sobre tu vientre y reposa la otra sobre tu corazón. Si silencias durante unos instantes la perturbadora voz que nace de tu cabeza controladora y racional, permitirás que la voz de tu Alma se exprese y hable. “¿Qué me dirá? “Te preguntarás. No tengas miedo. Te hablará de cosas bellas. Sobre el amor, sobre la belleza. Te leerá textos enriquecidos de dulces palabras, y te dirá sin miedo todo aquello que un día no quisiste escuchar pero que siempre deseaste realizar. No te confundas. El Alma no es un ser diferente a ti, ni está separado de ti. El Alma eres tú.

Así es como empecé a permitir y a sentir mi Alma, y así es como empecé a escribir cuentos. Lo que escribo nace de mi corazón y va directo al corazón. Sólo hay que abrirse para recibir la sencillez de sus palabras, y sólo hay que ser, para que el día en que creas que nada tiene sentido, la voz de estos relatos, den aliento a tu desesperanza y alegría a tu nostalgia.

Soy y seré un canal para que historias como estas broten de mi alma, y para que mis pequeñas manos, de dedos cortos y achatados, sean el instrumento idóneo para imprimir en una hoja en blanco lo que día a día la vida me va cantando.

Con mucho amor.....

el Alma del ser que se hace llamar Mireia

lunes, 6 de agosto de 2012

Desde el ventanal de casa veo a tres niños jugando con agua.
Se mojan unos a otros. Camisetas empapadas, pantalones cortos adheridos a sus delicadas piernas...
Agua que lazan al aire para que el sol les regale un trocito de arco iris espontáneo.
Es verano.
A unos veinte 20km de este ventanal está el mar.
¡Ay el mar..! Me sumergo en ese espacio azul en el mes de mayo. Por aquí el verano es demasiado denso. Miles y miles de personas que ocupan mínimos espacios en la playa.
El mar. Gran amigo.
Volveré a bañarme cuando las aves veraniegas de estas tierras emigren a su ciudad natal.
En septiembre o en octubre.
En esos meses el mar escucha en silencio. Me recoge en sus aguas. Me balancea con su movimiento.

Y yo le relato a modo de cuento lo que a mi corazón le pasa.









canción Al mar, del grupo Manel








No hay comentarios:

Publicar un comentario