Alma vive en un lugar conocido por cada uno de nosotros. Alma nos susurra canciones de cuna para calmar nuestras noches oscuras, y nos despierta con el canto del nacimiento de un nuevo día lleno de alegrías y de ilusiones. Todos conocemos a Alma... sólo que......hemos dejado de escucharla.

Coloca una mano sobre tu vientre y reposa la otra sobre tu corazón. Si silencias durante unos instantes la perturbadora voz que nace de tu cabeza controladora y racional, permitirás que la voz de tu Alma se exprese y hable. “¿Qué me dirá? “Te preguntarás. No tengas miedo. Te hablará de cosas bellas. Sobre el amor, sobre la belleza. Te leerá textos enriquecidos de dulces palabras, y te dirá sin miedo todo aquello que un día no quisiste escuchar pero que siempre deseaste realizar. No te confundas. El Alma no es un ser diferente a ti, ni está separado de ti. El Alma eres tú.

Así es como empecé a permitir y a sentir mi Alma, y así es como empecé a escribir cuentos. Lo que escribo nace de mi corazón y va directo al corazón. Sólo hay que abrirse para recibir la sencillez de sus palabras, y sólo hay que ser, para que el día en que creas que nada tiene sentido, la voz de estos relatos, den aliento a tu desesperanza y alegría a tu nostalgia.

Soy y seré un canal para que historias como estas broten de mi alma, y para que mis pequeñas manos, de dedos cortos y achatados, sean el instrumento idóneo para imprimir en una hoja en blanco lo que día a día la vida me va cantando.

Con mucho amor.....

el Alma del ser que se hace llamar Mireia

domingo, 3 de febrero de 2013

Se me partió el alma el día que decidí abandonar mi apego. 
Sí, el alma se parte. Se hace añicos. Se deshace en grumos. Se vuelve efímera para perderse en los confines de un mundo enterrado bajo tierra. Se deshace para volver a hacerse.
Todo principio tiene un fin, y todo fin un principio.
Lloré con el vientre, con las tripas, con el corazón.
Grité junto al desamparo, agarrada a la mano de la muerte, olvidándome por momentos eternos que soy algo más que un cuerpo desecho que sólo quiere enterrarse bajo un manto de terciopelo.
Sangré por dentro.
Hasta el dolor me asustó.
Esta vez es la vez. La auténtica. La verdadera. La vez en que se abandona la rama a la que uno ha estado cogido durante tanto, tanto tiempo.... y se quebró...y descubro que tengo alas y que puedo volar...hacia dónde yo quiera. Contigo o sin ti.
En el espacio infinito hay espacio para muchos, deseos para pocos.
Las palabras escasean. Los pensamientos parecen polvo de tiza que caen sobre mi frente.
Abro mis manos con la esperanza de que la vida es más que lo hemos vivido uno junto al otro, y que nos tiene guardado, en el silencio del abismo...una puerta inmensa que nos dirige hacia mundos mágicos...y reales.
Que la desesperanza no ancle en nosotros. No nos entierre en vida.
Que el creer que hay más caminos del que hemos podido llegar a conocer en esta vida es una creencia que la misma Vida creó.
Que el día en que volvamos a juntar nuestras manos sea el día en que nacimos de verdad y para siempre. Mostrando una sonrisa en el rostro y la dulce semilla del amor en la mirada.



 

5 comentarios:

  1. Aunque escribes un experiencia dolorosa, la expresión de tus palabras son más que eso, son una explosión de emociones expuestas con armonía y belleza.
    un beso Mireia.
    Júlia

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    1. Gracias Júlia. Hace tiempo que decidí mostrarme...siempre. Esté triste, o alegre, en paz o navegando en un mar de dudas. Después de todo, la vida es una mezcla de muchos ingredientes. Gracias por el apoyo.
      Un beso.

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  2. Que maravilla Mireia!!!.....cuanto me han hecho recordar tus palabras, sólo quien ha sufrido una pérdida y lo ha sentido en las entrañas, sabe cómo es el llanto: infinito, profundo, lento, inconsolable...como una pequeña muerte diaria a la que tienes que hacer frente si no quieres morir del todo, definitivamente, para siempre.
    Haces bien en mostrar la pena, es muy sano hacerlo, también existe, aunque a esta sociedad no le guste admitirlo. Así es la vida, agridulce...y otras muchas cosas más.
    Un fuerte abrazo

    Ch.

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    1. Gracias Noni por tu apoyo y comentario. Es verdad. Hay que mostrar la pena también. No hay que temer a nada ni a nadie...así es cuando uno descubre que es algo más que eso que está sintiendo, y que si no se aferra a nada, ni al dolor, ni a querer que pase todo más deprisa o más despacio...permites que la vida recorra su camino a su debido tiempo, y tú sientes que estás haciendo lo correcto.

      Un fuerte abrazo para ti también!

      Mireia

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  3. Hola! Encantada de que estés paseando por estas tierras del Alma. No hay que pedir permiso para quedarse...eres bienvenida siempre que quieras. Seguramente yo también iré a visitarte!

    Un abrazo y hasta pronto!!

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